Jóvenes y desempleo: la importancia del denominador

Funcas publicó hace unos días su Focus de junio, Focus on Spanish Society, June 2016, con contenidos de interés como es habitual.

Las cuestiones metodológica casi siempre son parecen importantes, mucho más si se proponen soluciones acertadas. En el artículo «I.2. Young people’s factual unemployment», se muestra la diferencia entre considerar como denominador, a la hora de computar el paro juvenil, la población activa, constituida por los que trabajan o buscan empleo (unemployement rate, o cociente resultante de dividir el número de jóvenes en situación de desempleo por el número de jóvenes activos) y considerar como tal denominador a todos los jóvenes (unemployement ratio, o cociente resultante de dividir el número de jóvenes en situación de desempleo por el número total de jóvenes). Eurostat recomienda, y esa es la novedad metodológica, usar el segundo.

Es fácil entender la notable diferencia en los resultados si se piensa en cuán pocos jóvenes (en España, se suele acotar la juventud a estos efectos entre 16 y 24 años, en otros países el intervalo puede comenzar en 15) son activos (están trabajando o buscando empleo), dado que la mayoría no son computables como tal porque están estudiando exclusivamente. Cuando se dice que la mayoría de los jóvenes está en paro, se omite que realmente la mayoría ni trabaja ni busca empleo, sólo estudia, y sólo entre los pocos que trabajan o buscan empleo estos últimos alcanzan una proporción relativamente alta. Cuando se toma como referencia el total de jóvenes, el desempleo juvenil se mueve en cifras que, si bien no invitan a la complacencia, describen mucho mejor la realidad y resultan ser mucho más moderadas.

Como tantas veces, elegir mal el denominador distorsiona mucho los resultados y este error se ha cometido durante mucho tiempo. La recomendación de Eurostat será sin duda atendida, pero hará ya unos veinte años que leí por primera vez una argumentada defensa de este método del profesor Luis Garrido (Garrido Medina, 1992, 207-208)*, cuestión sobre la que le he oído insistir a menudo desde entonces.

Ahora hay que felicitar a Eurostat y felicitarnos todos porque por fin parece que este criterio se va a tomar en cuenta, con lo que se irá eliminando una distorsión importante en la observación del mercado de trabajo.

*1992 GARRIDO MEDINA, LUIS J. “La educación profesional para el empleo” en ALBI IBÁÑEZ, Emilio. Europa y la competitividad de la economía española. Ariel Economía. Barcelona. Páginas 195-230. ISBN: 84-344-2072-4